El silicio constituye el principal elemento estructural de nuestros tejidos, estando presente en:
- las mitocondrias de las células que forman nuestro esqueleto. Sin él los huesos no se renovarían tan bien, aumentando considerablemente el riesgo de fractura, especialmente en las mujeres.
- el pegamento de los tejidos conjuntivos que soportan nuestro cuerpo. Sin él, nuestras articulaciones pueden ver comprometida su movilidad.
- el colágeno permitiendo que sea elástico y en la queratina permitiendo que sea fuerte. Sin él, nuestra piel podría resecarse, nuestro pelo romperse y nuestras uñas debilitarse.
Una disminución de nuestras reservas de silicio puede afectar a nuestros niveles de colágeno, elastina y ácido hialurónico. Con el paso de los años la cantidad de silicio en nuestro cuerpo se reduce y, en consecuencia, también se reducen los niveles de colágeno en articulaciones, huesos, piel, cabello o uñas.
El silicio es uno de los principales precursores de energía de nuestras células, junto con el magnesio y la vitamina C.
Los seres humanos somos incapaces de transformar el silicio mineral en silicio orgánico, pero gracias a las investigaciones realizadas en 1957 por el profesor en química orgánica Norbert Duffaut consiguió sintetizar silicio orgánico capaz de ser absorbido directamente por nuestro cuerpo.
El silicio orgánico es totalmente soluble y biodisponible, debido a su configuración en cadenas cortas monoméricas que evitan su cristalización y eliminación por parte del cuerpo.
El silicio está presente en varios niveles de nuestro cuerpo:
- Siendo el elemento esencial de nuestro cartílago óseo y articular. Es esencial para la presencia de elastina y de las fibras de colágeno necesarias para el mantenimiento de huesos y cartílagos. Su falta incrementa el peligro de sufrir artrosis y osteoporosis,
- Manteniendo una buena hidratación de la piel, lo que disminuye la aparición de arrugas de la piel y contribuye a su elasticidad,
- Estando presente en la estructura del cabello, aumentando su fuerza y su grosor.
- Siendo un protector vascular que conserva la estructura y el metabolismo de las paredes arteriales, acelerando la cicatrización de las heridas, y
- Siendo beneficioso por su función protectora contra la toxicidad del aluminio a través de por ejemplo un consumo continuado de agua rica en silicio.
El Silicio actúa de forma polivalente en el mantenimiento de la salud cardiovascular, ya que:
- Mantiene saludable las arterías:
- El silicio da elasticidad a las arterias. Como decía Da Vinci: “la edad de un hombre depende de la edad de sus arterias”. Hoy podemos afirmar que la edad de las arterias depende de la cantidad de silicio,
- La pérdida de silicio precede al depósito de lípidos y al depósito de calcio, que conforman las placas,
- El silicio protege las arterias dando integridad al tejido elástico y a los mucopolisacáridos, confiriendo impermeabilidad a dichos tejidos frente a los lípidos y el calcio y manteniendo la integridad enzimática que protege al tejido arterial de los depósitos de lípidos,
- El silicio disminuye los niveles altos de colesterol, y
- El silicio combate la hipertensión.
El silicio no puede sintetizarse en nuestro cuerpo, pudiendo ser incorporado solo a través de:
- Algunas verduras como la zanahoria, la lechuga, el pepino, el mastuerzo, las judías verdes, el apio, el rábano, la calabaza, las setas, las espinacas, la remolacha, el puerro o el perejil,
- Algunas legumbres como las lentejas rojas,
- Algunas frutas como la manzana, la naranja, la cereza y las uvas,
- Algunos frutos secos como el cacahuete o las almendras crudas,
- Algunas aguas minerales, o
- Mediante suplementos alimenticios.
Llevar una dieta equilibrada es la clave para mantener elevados niveles de colágeno el mayor tiempo posible. También es importante no abusar del sol, protegiéndose con cremas solares, así como evitar o minimizar el consumo de tabaco y alcohol.
El problema reside en que la biodisponibilidad del silicio vegetal es muy baja y por lo tanto de difícil absorción. Es mucho más interesante su incorporación en forma orgánica a través de un suplemento alimenticio.
La absorción se produce combinando el silicio con un nutriente llamado colina, que hace que sea hasta tres veces más biodisponible. La colina es un nutriente esencial para un buen funcionamiento del hígado, del corazón y del cerebro, actuando sobre el metabolismo de las grasas de la sangre y de un aminoácido llamado homocisteína.
La cantidad recomendada de silicio orgánico es de 15 a 90 ml por día pudiéndose aumentar la dosis. Carece de efectos secundarios nocivos y contraindicaciones. Puede ser incluso ingerido por bebés y mujeres embarazadas. Una dosis correcta de mantenimiento está situada en los 30 ml.