Los fructanos, también llamados inulina, son derivados naturales de la sacarosa y están formados por varias moléculas de fructosa (a veces más de 100) y algunas moléculas residuales de glucosa.
Cuando los fructanos tienen menos de 20 moléculas reciben también el nombre de fructooligosacáridos.
Son ricos en fructanos la achicoria, el trigo, el centeno, los espárragos, las alcachofas, el ajo o la cebolla, entre otras.
Los fructanos pueden por un lado agravar los síntomas de un intestino irritable y por otro ejercer un efecto beneficioso sobre el organismo debido a sus propiedades prebióticas, inmumoduladoras y antioxidantes.
Una dieta pobre en fructanos puede aliviar en parte algunos síntomas del intestino irritable, en especial la distensión abdominal, el meteorismo y la diarrea. Esto se debe a que prácticamente no se absorben en el intestino delgado, pasando al intestino grueso, lugar donde se produce su fermentación y la consiguiente aparición de las disfunciones intestinales.
Pero también son conocidas sus propiedades beneficiosas sobre la salud ya que:
- Facilitan el crecimiento de la flora bacteriana (bifidobacterias y lactobacilos)
- Previenen algunas infecciones intestinales, cáncer de colon y enfermedades inflamatorias intestinales tales como la colitis ulcerosa o la enfermedad de Crohn
- Reducir el colesterol y los triglicéridos debido a la mejora del perfil lípido de la sangre
- Mejora de la diabetes mellitus debido a la estimulación de la GPL1
- Tiene propiedades beneficiosas sobre la osteoporosis al mejorar la absorción y el metabolismo del calcio
- Reducen el estreñimiento ya que se comportan como fibra alimentaria con propiedades laxantes suaves
Es importante señalar que la salud reside en una dieta equilibrada. Una intolerancia a los fructanos nada tiene que ver con una intolerancia a la fructosa-sorbitol, también llamada sacarosa. Aunque los síntomas que producen unos y otros pueden ser similares, no tienen por qué aparecer juntos. El fructano no se absorbe normalmente en personas sanas y no se debe a ningún déficit, mientras que la intolerancia a la sacarosa si es debida a un déficit del transportador intestinal GLUT-5 y a un déficit de la encina sacarasa.
Bibliografía
- EDF – Exploraciones digestivas funcionales, 2015, «Los beneficios y los perjuicios de una dieta pobre en fructanos», Dr. José F. Suarez, https://funcionales.es/los-beneficios-y-los-perjuicios-de-una-dieta-pobre-en-fructanos/
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¡Qué sustancia tan versátil, el fructano! A veces es el culpable de nuestros maleantes intestinales, como una fiesta demasiado animada en el colon, pero otras veces, ¡oh sorpresa!, se convierte en un pequeño héroe prebiótico, ayudando a nacer a las buenas bacterias y protegiéndonos con su poder antiséptico. Curioso, ¿verdad? Que algo que no nos gusta puede ser bueno y viceversa. Y lo mejor, parece que no tiene nada que ver con su primo lejano, el famoso fructosa-sorbitol, aunque nos hagan lo mismo. Entonces, ¿qué decimos? ¡Que la vida en el intestino es más complicada de lo que parece, pero que con un poco de fructano (o sin él), todo puede estar bien!
¡Qué sustancia tan caprichosa los fructanos! Agravan los intestinos pero, ¡seguro que tienen alguna utilidad! Como los pobres de siempre, solo se les da de comer en el intestino grueso y terminan fermentando porquería. Bueno, al menos facilitan que crezcan las buenas bacterias, ¡felicidades, probióticos! Y si te sientes como Einstein con la diabetes, ¡un fructano a la vez! Aunque ojo, que no confundamos al pobre fructano con el famoso deficitario sacarosa, ¡son como dos hermanos separados por una barrera intestinal! En fin, que la dieta equilibrada es la clave, ¡ojo con los excesos de fructanos!
Who knew chicory and onions were such party animals in our guts? Love how the article throws shade at fructans while my broccoli pizza is silently judging me. The part about distinguishing fructan intolerance from sugar issues was a total game-changer—now I can blame my gas on cabbages instead of my ice cream! Who knew gut bacteria had such a wild party with these little molecules?
¡Absolutamente! Esta explicación sobre fructanos es tan clara que casi parece un chiste malo. ¡Fructanos! Richos en fructanos… ¡qué ironía! Me encanta cómo nos recuerdan que una dieta equilibrada es la clave, como si esto fuera un gran misterio. Y la parte sobre la diferencia entre intolerancia a fructanos e intolerancia a fructosa-sorbitol es tan útil que es casi una broma. ¡No tienen nada que ver! Qué alivio. Al final, es bueno saber que el ajo y la cebolla tienen sus virtudes, aunque con la distensión abdominal… bueno, ahí cada uno pone su gracia.the vow
¡Qué titubeo con estas moléculas! A veces la naturaleza te da regalos… y otras, ¿quizás, desafíos digestivos? Mientras que los fructanos pueden ser unos estreptocitos para el intestino irritable, también son los superhéroes de la microbiota. Me encanta la idea de que sean fibra alimentaria con propiedades laxantes suaves, ¡un oxímoron que mi estómago parece entender mejor que yo! Y la nota final sobre no confundirlos con la intolerancia a la sacarosa es un desafío que mi cerebro acepta con la misma entereza que mis intestinos a veces me lo doy. ¡Una dieta equilibrada es la clave, o al menos eso dicen los expertos (y mi nevera)!