Yoga

Vida, Salud, Compromiso

Comience a dar forma a su vida hoy

Ayudándole a encontrar el equilibrio con yoga

¿Sientes que es hora de aprender a ser consciente en el momento presente, pero parece que no puedes encontrar la manera?

Porque el cambio nace del todo. Significa que el organismo es una unidad y no la simple suma de sus partes. Porque para abordar un cambio real no solo se tiene en cuenta el cuerpo o la parte física, sino que también hay que tener en cuenta otros aspectos como el emocional o el energético. Queremos ayudarte en tu cambio de forma global, de forma completa.

¿Qué es el yoga?

Nació hace unos tres mil años y tiene sus orígenes en los Vedas. La enseñanza de su filosofía se basa, sobre todo, en dos textos escritos en sánscrito: el Bhagavad Gita y los Yoga sutras de Patanjali.

Yoga significa unión del cuerpo, de la mente y del alma y las posturas se relacionan íntimamente con la naturaleza y el universo.

Las vedas fueron los primeros en practicar esta disciplina y escribir textos sagrados a través de su experiencia en la auto observación y la experimentación a través de los Asanas – respiración y meditación.

Estos textos fueron escritos en sánscrito, lengua muy antigua y que hoy en día se siguen descifrando los significados de sus palabras.

El yoga es una forma de vida, una filosofía que engloba hábitos saludables como los Asanas, las pranayamas, la meditación, la alimentación y una correcta actitud frente a la vida.

Su fuente medicinal es el ayurveda. Medicina que se utiliza hoy en día sobre todo en la India.

¿Cómo sé si una terapia de meditación consciente es adecuada para mí?

El yoga es una disciplina que se adapta a cada persona sea cual sea su edad, estado físico o experiencia.

Requiere una práctica constante que permite a través de una serie de posturas y movimeitnos específicos “asanas” combinados con técnicas de respiración “pranayanas” y con técnicas de meditación “mindfulness”, aprender a vivir con atención plena en el momento presente.


¿Cuáles son los beneficios del yoga para el cuerpo? +

  • Respiración fluida: siendo una parte fundamental del yoga, tanto en la meditación como en los asanas. Una buena respiración mejora el estado de ánimo en nuestro día a día, ya que ralentiza el ritmo cardíaco y relaja los músculos.
  • Aumenta la flexibilidad: ayudando a aliviar tanto las tensiones musculares generadas por el estrés en el que nos encontramos en nuestra rutina diaria, como a relajar las sobrecargas musculares causadas por nuestra actividad física diaria.
  • Mejora la postura corporal saludable: ayudando a aliviar y a prevenir los dolores lumbares o cervicales provocados por las malas posturas y los hábitos sedentarios.
  • Mantiene músculos y huesos más resistentes: el yoga contribuye a evitar la pérdida de masa ósea, aumenta la flexibilidad de las articulaciones y nos ayuda a tener un cuerpo más tonificado.
  • Fortalece el sistema inmunológico: ya que al relajarnos se reducen los niveles de cortisol (llamada también “hormona del estrés”). Un nivel más bajo de cortisol significa más resistencia a determinadas enfermedades y una presión arterial saludable. También ayuda a prevenir o aliviar problemas digestivos y dificultades para dormir.
  • Sistema nervioso sano: el yoga hace que estemos mucho más tranquilos en nuestro día a día, reduciendo el ritmo cardiaco y la presión sanguínea.

Quema de calorías, especialmente durante la práctica del Vinyasa. Cuanto más trabajamos la musculatura, más aumenta el gasto calórico, aunque comamos lo mismo.

¿Cuáles son los beneficios del yoga para la mente?
    • Modifica nuestra química cerebral: Diversos autores han planteado la posibilidad de que el efecto del yoga sobre cuadros tensionales, ansiedad o depresión se produzca a través de la modificación de conexiones en el sistema límbico. Esto atenuaría las respuestas del sistema nervioso autónomo, responsables de las sensaciones de estrés y ansiedad.
    • Mejora la calidad del sueño: Diversos estudios han demostrado la eficacia del yoga frente a cuadros de insomnio. En realidad, se trata de un efecto secundario producido por la reducción de los niveles de estrés y ansiedad que están en muchos casos detrás del insomnio. A nivel neurobiológico se produce a largo plazo un aumento en la producción de serotonina, hormona que hace que nuestro sueño sea más profundo y reparador.
    • Disminución de los síntomas de ansiedad: En determinadas posturas o en el calentamiento de nuestros cuerpos durante la clase hace que nuestras sensaciones corporales puedan volverse desagradables, sintamos una sudoración excesiva o que nuestro corazón tenga un latido rápido. En realidad, las mismas sensaciones que tenemos ante una crisis de ansiedad. El yoga nos hace conscientes de esas sensaciones y el cerebro aprende, poco a poco, que estas sensaciones no representan ninguna amenaza. Solo significan que estamos vivos y que sentimos.
    • Mejora la autoestima: ya que incrementa la percepción de nuestros aspectos positivos y de nuestra actitud frente a la vida.
    • Mejora la concentración, la creatividad y agudiza la mente
¿Cuáles son los beneficios del yoga para el espíritu?
  • Proporciona paz interior: ya que te enseña a vivir en armonía, eliminando todo lo que perturba tu mente con el fín de encontrar un equilibrio en tu vida.
  • Crea conciencia personal: ya que permite una mayor empatía y conexión contigo mismo y con todo lo que te rodea.
  • Unión de cuerpo y mente: ya que permite reconocernos a nosotros mismos, desde la esencia hasta la parte de la unión del ser supremo, lo universal y la mente.
  • Ayuda a comprender la ley del Karma: a través de nuestros comportamientos que van acumulando consecuencias y pagos conforme a ellos. El yoga afirma que todo aquello que pusimos en movimiento volverá a nosotros. El yoga insistí por tal motivo en hacer el bien.
¿Cuáles son los estilos de yoga más habituales?
  • Hatha yoga: Existen tres escuelas históricas de yoga, y el hatha yoga es la más antigua de la escuela del hinduismo. Este tipo de yoga es en el que se enmarcan muchos de los que conocemos actualmente, centrados fundamentalmente en el aspecto físico.

Esta práctica se focaliza en las postures o asanas y en la respiración o pranayama, en contraposición a otros tipos de yoga que tratan otros aspectos, como el yoga budista o el tantra. Por todo lo explicado, esta modalidad es perfecta para aquellos que quieran iniciarse en esta práctica, ya que en estas clases se introducen los fundamentos del yoga, tanto en lo referente a los asanas como al pranayama.

  • Yoga kundalini: Este tipo de yoga, además de las posturas y la respiración, incorpora técnicas de meditación y mantras. Se basa en la repetición de una secuencia y la respiración continua con el fin de poner en movimiento la energía del primer al último chacra (cada uno de los centros de energía del cuerpo humano que rigen las funciones orgánicas, psíquicas y emotivas). Esta es una buena práctica para aquellos que tengan altos niveles de estrés y puedan beneficiarse de prácticas meditativas para combatir sus síntomas.
  • Yoga vinyasa: Deriva del hatha y tiene como objetivo sincronizar respiración y movimiento para crear cierta fluidez. Es una adaptación del ashtanga que lleva practicándose desde los años ochenta y que ha derivado en otras variantes como el power yoga. Este estilo es perfecto para los que quieran fortalecer los músculos y aprender nuevas posturas y una secuencia distinta en cada clase.
  • Yoga iyengar: Se trabajan los ocho estadios del yoga, incluyendo preceptos morales y disciplinas éticas, por lo que también incluye posturas, respiración y meditación. Se caracteriza por una secuencia en la que cada postura se sostiene durante mucho más tiempo que en otros estilos, ayudando a los alumnos a perfeccionarlas de forma individual. Este yoga es mucho más lento que otros e infiere mucho en la flexibilidad, por lo que es ideal para gente en rehabilitación por lesiones y dolores crónicos.
  • Yoga Bikram: Se repite una secuencia de asanas provenientes del hatha yoga dentro de una habitación a 40 °C. Además de los beneficios propios del yoga, también puede ayudar a la vasodilatación y eliminación de toxinas del cuerpo, aunque este último beneficio no ha sido probado científicamente.
  • Ashtanga yoga: La sincronización de la respiración con los movimientos es la base de esta modalidad. Este es posiblemente uno de los estilos más físicos junto con el yoga vinyasa, con el que también está relacionado.  El esfuerzo físico de sus secuencias hace que detoxifique el cuerpo y ayude a la circulación sanguínea y al fortalecimiento del tronco superior.
  • Yin yoga: Es una de las variedades más lentas de yoga y pone especial énfasis en las articulaciones del cuerpo y en los tejidos más profundos de la piel. Su aliciente meditativo hace que también pueda ayudar a combatir la ansiedad y el estrés además de incrementar la relajación. Ideal para principiantes.
  • Yoga restaurativo: Permite reducir la tensión, ayudando a la relajación muscular a través de estiramientos. Además, dentro de este tipo de yoga, existen las modalidades pasiva y activa, siendo la primera para posturas estáticas en las que se hace uso de distintos accesorios como bloques, cintas, etc. Es muy beneficioso para personas en proceso de rehabilitación física y también puede resultar útil para mujeres embarazadas.
  • Anusara yoga: Conocido también como yoga del corazón. Se centra en la alineación de la respiración, a través de una serie de cánticos y rituales, además de concentrarse en los movimientos espirales de los asanas. Actualmente ha caido en desuso. A pesar de esto, si decides probarlo, debes saber que puede aportar fortaleza muscular, flexibilidad y paz interior.
  • Jivamukti yoga: Esta práctica añade otras filosofías del hinduismo a un tipo de yoga parecido al vinyasa. Por ello, a parte de combinar las posturas y la respiración, las clases también incluirán una práctica más espiritual y ética, que incluyen la práctica del vegetarianismo, la autorrealización y la meditación.
  • Acroyoga: Su foco se centra en el equilibrio y la concentración. Las posturas y acrobacias se deben practicar en pareja, y es una gran manera de fomentar el trabajo en equipo y de mejorar la fortaleza del cuerpo y el equilibrio.
¿Cuánto tiempo tengo que practicar?
  • No existen reglas fijas en cuanto a duración de una sesión de yoga. Una clase estándar suele durar unos 60 minutos y algunas prácticas pueden durar 90 minutos o más.En nuestro caso, las sesiones tienen una duración de 90 minutos en los que se incluyen 10 minutos de preparación del material necesario para la realización de los ejercicios y 5 minutos para su recogida.

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